ENCUENTRO VERDE: La sociedad dominicana conoce poco sobre el manglar y las leyes que lo protegen
Aleyda Capella: “Los servicios ecosistémicos que proveen los manglares y sus aportes indirectos a la economía local son desconocidos o poco conocidos por comunitarios, empresas y autoridades”.
Manglares en el Parque Nacional Los Haitises. Estos ecosistemas pueden atrapar de dos a cuatro veces más CO2 que los ecosistemas forestales terrestres. ©Istock/LD
Manglares en el Parque Nacional Los Haitises. Estos ecosistemas pueden atrapar de dos a cuatro veces más CO2 que los ecosistemas forestales terrestres. ©Istock/LD
Por Yaniris López
Santo Domingo. No se sabe a ciencia cierta si República Dominicana cuenta realmente con los 294 kilómetros cuadrados de manglares que, según las autoridades ambientales, se distribuyen en 55 zonas en todo el territorio nacional.
Y no se sabe porque en los últimos años las alertas solo hacen referencia al deterioro progresivo de este ecosistema, bosques anfibios que representan un hábitat y refugio para especies amenazadas, una barrera contra desastres y una de las fuentes más importantes de captura de dióxido de carbono.
Y esto ocurre a pesar de la protección legal con que cuentan los manglares del país, explica Aleyda Capella, coordinadora de la campaña educativa ManglarES, iniciada el año pasado por el Grupo Jaragua y la organización ambientalista Seacology.
Desde la campaña han identificado muchas de las causas que están provocando este deterioro, entre ellas la deforestación o tala de manglar para usos agropecuarios, su secado y relleno con agregados para la construcción de infraestructuras, la contaminación del agua y la sobre-explotación de especies asociadas a estos espacios.
RETOS QUE ASUMIR
Es necesario, sugiere la campaña, fortalecer la implementación de los instrumentos legales para la conservación y valoración de este ecosistema y con esto, sostiene Capella, no se refiere a una ley específica sobre manglares, si no a que el cumplimiento de las reglas existentes sea más estricto.
Señala que hace falta que los manglares estén en el foco del interés de la sociedad civil, pues son percibidos como un tipo de ecosistema con poco valor por comunitarios y personas del sector de turismo.
“Existen actitudes negativas sobre los manglares; son considerados ‘feos’, ‘con mal olor’ y ‘llenos de mosquitos’”, comenta.
Al participar en el Encuentro Verde de LISTÍN DIARIO, Capella alertó sobre los bajos niveles de conocimiento de la sociedad civil no solo sobre los manglares en sí, si no de las leyes que los protegen y de las consecuencias que deben afrontar si los dañan.
“Los servicios ecosistémicos que proveen los manglares y sus aportes indirectos a la economía local son desconocidos o poco conocidos por comunitarios, empresas y autoridades”.
Formada en Ingeniería Agronómica, Capella afirma que los comunitarios desconocen el estado de protección de los manglares litorales y las especies de mangle, los límites de las áreas protegidas y la legislación costero-marina con respecto a los manglares y especies asociadas.
“Las comunidades costeras tienen pocas oportunidades de empleo formal y limitaciones de oportunidades para obtener recursos económicos (ingresos). Existen pocas oportunidades para la diversificación de ingresos y pocas fuentes de ingresos alternativos sostenibles”, expresa.
AMENAZAS POR DOQUIER
Aleyda Capella resume para LISTÍN DIARIO las principales causas del estado de deterioro progresivo en que se encuentran los manglares dominicanos:
Deforestación o tala de manglar y conversión a usos agropecuarios (pequeña y mediana escala). La expansión agrícola en zonas costeras conlleva a la tala de manglares para el establecimiento de plantaciones de coco (debido a la demanda del turismo local) y/o conucos tradicionales para subsistencia (ej. yuca, batata, habichuelas, caña, arroz). La tala para el establecimiento de cercas para el ganado vacuno o caprino también es una amenaza indirecta.
Secado y relleno de humedales. El drenaje y relleno de manglares con agregados está relacionado a la instalación de infraestructura para el turismo y/o urbanización.
Construcción de carreteras o caminos. La construcción de carreteras o caminos, que fragmentan y/o deterioran los manglares, están asociados a la necesidad de infraestructura para el turismo y/o urbanización, o para permitir acceso a playas y/o rutas paisajísticas.
Construcción de trochas. El uso de manglares para la pesca local y/o para establecer senderos para acceso de ecoturismo conlleva al corte de trochas o canales de acceso.
Contaminación del agua por desechos sólidos y/o aguas residuales. Las malas prácticas de manejo de residuos sólidos por comunitarios y hoteles, y la falta de infraestructura para el manejo de aguas residuales a nivel local y municipal, conllevan a la contaminación y sedimentación del agua en estuarios y/o playas con manglares costeros.
Contaminación del agua por agroquímicos. Las malas prácticas agrícolas, incluyendo el uso excesivo de agroquímicos cerca de zonas ribereñas y zonas adyacentes a manglares conllevan a la contaminación del agua por pesticidas y/o fertilizantes.
Sobre-explotación de especies asociadas. Las malas prácticas de pesca (incluyendo la falta de cumplimiento de las vedas y el uso de artes de pesca nociva o no selectiva) tienen un impacto en las poblaciones de especies acuáticas que utilizan el mangle durante alguna etapa de su ciclo de vida. La captura o pesca de especies del manglar (peces juveniles, cangrejos, camarones, bivalvos, tortugas de agua dulce o jicoteas) está asociada a la demanda de estos productos para consumo local de subsistencia, para suplir demanda por el sector de turismo y/o para usos tradicionales, religiosos o artesanales (ej. uso de caparazones de jicotea como adornos). También ocurre la cacería recreativa de aves (ej. paloma coronita) y captura de aves (o colecta de huevos y pichones) para subsistencia (ej. gallaretas, garzas).
Extracción de madera de mangle para usos locales (pequeña escala). La demanda de madera de mangle para la elaboración de varas y nasas de pesca artesanales o rústicas, varas para botes y estacas marinas, la preparación de tintas (de la corteza del mangle rojo) para teñir herramientas de pesca, la preparación de carbón vegetal como combustible de cocción, y el comercio de madera de mangle para postes y otras construcciones rústicas (ej. horcones y varas de caballete), y para artesanía local (ej. muebles, lámparas).
SOBRE LA CAMPAÑA MANGLARES
Se llama ManglarES, explica Capella, “porque queremos resaltar que los manglares son más que un bosque, más que un ecosistema”. Para promover en los medios el conocimiento, el aprecio y la protección de los manglares han definido tres ejes: ManglarES vida, ManglarES protección y ManglarES futuro.
“Además de toda la campaña mediática sobre la conservación de los manglares, estamos implementando actividades educativas, tanto virtuales como presenciales, para promover el conocimiento y la protección de este ecosistema”, informa Capella.
Entre estas actividades figuran el desarrollo de materiales de apoyo, divulgación de mensajes en la prensa tradicional y redes sociales, educación y sensibilización directa (charlas, talleres, encuentros), interacción a través del arte y la cultura y la promoción de usos y medios de vida sostenibles (ecoturismo, pesca sostenible).
Materiales didácticos. A la fecha han producido 4 brochures, 16 ilustraciones, un video de 1 minuto sobre manglares y apoyado al Consorcio Ambiental Dominicano (CAD) en la elaboración de su calendario del 2021, dedicado a los Manglares de la República Dominicana.
Santo Domingo. No se sabe a ciencia cierta si República Dominicana cuenta realmente con los 294 kilómetros cuadrados de manglares que, según las autoridades ambientales, se distribuyen en 55 zonas en todo el territorio nacional.
Y no se sabe porque en los últimos años las alertas solo hacen referencia al deterioro progresivo de este ecosistema, bosques anfibios que representan un hábitat y refugio para especies amenazadas, una barrera contra desastres y una de las fuentes más importantes de captura de dióxido de carbono.
Y esto ocurre a pesar de la protección legal con que cuentan los manglares del país, explica Aleyda Capella, coordinadora de la campaña educativa ManglarES, iniciada el año pasado por el Grupo Jaragua y la organización ambientalista Seacology.
Desde la campaña han identificado muchas de las causas que están provocando este deterioro, entre ellas la deforestación o tala de manglar para usos agropecuarios, su secado y relleno con agregados para la construcción de infraestructuras, la contaminación del agua y la sobre-explotación de especies asociadas a estos espacios.
RETOS QUE ASUMIR
Es necesario, sugiere la campaña, fortalecer la implementación de los instrumentos legales para la conservación y valoración de este ecosistema y con esto, sostiene Capella, no se refiere a una ley específica sobre manglares, si no a que el cumplimiento de las reglas existentes sea más estricto.
Señala que hace falta que los manglares estén en el foco del interés de la sociedad civil, pues son percibidos como un tipo de ecosistema con poco valor por comunitarios y personas del sector de turismo.
“Existen actitudes negativas sobre los manglares; son considerados ‘feos’, ‘con mal olor’ y ‘llenos de mosquitos’”, comenta.
Al participar en el Encuentro Verde de LISTÍN DIARIO, Capella alertó sobre los bajos niveles de conocimiento de la sociedad civil no solo sobre los manglares en sí, si no de las leyes que los protegen y de las consecuencias que deben afrontar si los dañan.
“Los servicios ecosistémicos que proveen los manglares y sus aportes indirectos a la economía local son desconocidos o poco conocidos por comunitarios, empresas y autoridades”.
Formada en Ingeniería Agronómica, Capella afirma que los comunitarios desconocen el estado de protección de los manglares litorales y las especies de mangle, los límites de las áreas protegidas y la legislación costero-marina con respecto a los manglares y especies asociadas.
“Las comunidades costeras tienen pocas oportunidades de empleo formal y limitaciones de oportunidades para obtener recursos económicos (ingresos). Existen pocas oportunidades para la diversificación de ingresos y pocas fuentes de ingresos alternativos sostenibles”, expresa.
AMENAZAS POR DOQUIER
Aleyda Capella resume para LISTÍN DIARIO las principales causas del estado de deterioro progresivo en que se encuentran los manglares dominicanos:
Deforestación o tala de manglar y conversión a usos agropecuarios (pequeña y mediana escala). La expansión agrícola en zonas costeras conlleva a la tala de manglares para el establecimiento de plantaciones de coco (debido a la demanda del turismo local) y/o conucos tradicionales para subsistencia (ej. yuca, batata, habichuelas, caña, arroz). La tala para el establecimiento de cercas para el ganado vacuno o caprino también es una amenaza indirecta.
Secado y relleno de humedales. El drenaje y relleno de manglares con agregados está relacionado a la instalación de infraestructura para el turismo y/o urbanización.
Construcción de carreteras o caminos. La construcción de carreteras o caminos, que fragmentan y/o deterioran los manglares, están asociados a la necesidad de infraestructura para el turismo y/o urbanización, o para permitir acceso a playas y/o rutas paisajísticas.
Construcción de trochas. El uso de manglares para la pesca local y/o para establecer senderos para acceso de ecoturismo conlleva al corte de trochas o canales de acceso.
Contaminación del agua por desechos sólidos y/o aguas residuales. Las malas prácticas de manejo de residuos sólidos por comunitarios y hoteles, y la falta de infraestructura para el manejo de aguas residuales a nivel local y municipal, conllevan a la contaminación y sedimentación del agua en estuarios y/o playas con manglares costeros.
Contaminación del agua por agroquímicos. Las malas prácticas agrícolas, incluyendo el uso excesivo de agroquímicos cerca de zonas ribereñas y zonas adyacentes a manglares conllevan a la contaminación del agua por pesticidas y/o fertilizantes.
Sobre-explotación de especies asociadas. Las malas prácticas de pesca (incluyendo la falta de cumplimiento de las vedas y el uso de artes de pesca nociva o no selectiva) tienen un impacto en las poblaciones de especies acuáticas que utilizan el mangle durante alguna etapa de su ciclo de vida. La captura o pesca de especies del manglar (peces juveniles, cangrejos, camarones, bivalvos, tortugas de agua dulce o jicoteas) está asociada a la demanda de estos productos para consumo local de subsistencia, para suplir demanda por el sector de turismo y/o para usos tradicionales, religiosos o artesanales (ej. uso de caparazones de jicotea como adornos). También ocurre la cacería recreativa de aves (ej. paloma coronita) y captura de aves (o colecta de huevos y pichones) para subsistencia (ej. gallaretas, garzas).
Extracción de madera de mangle para usos locales (pequeña escala). La demanda de madera de mangle para la elaboración de varas y nasas de pesca artesanales o rústicas, varas para botes y estacas marinas, la preparación de tintas (de la corteza del mangle rojo) para teñir herramientas de pesca, la preparación de carbón vegetal como combustible de cocción, y el comercio de madera de mangle para postes y otras construcciones rústicas (ej. horcones y varas de caballete), y para artesanía local (ej. muebles, lámparas).
SOBRE LA CAMPAÑA MANGLARES
Se llama ManglarES, explica Capella, “porque queremos resaltar que los manglares son más que un bosque, más que un ecosistema”. Para promover en los medios el conocimiento, el aprecio y la protección de los manglares han definido tres ejes: ManglarES vida, ManglarES protección y ManglarES futuro.
“Además de toda la campaña mediática sobre la conservación de los manglares, estamos implementando actividades educativas, tanto virtuales como presenciales, para promover el conocimiento y la protección de este ecosistema”, informa Capella.
Entre estas actividades figuran el desarrollo de materiales de apoyo, divulgación de mensajes en la prensa tradicional y redes sociales, educación y sensibilización directa (charlas, talleres, encuentros), interacción a través del arte y la cultura y la promoción de usos y medios de vida sostenibles (ecoturismo, pesca sostenible).
Materiales didácticos. A la fecha han producido 4 brochures, 16 ilustraciones, un video de 1 minuto sobre manglares y apoyado al Consorcio Ambiental Dominicano (CAD) en la elaboración de su calendario del 2021, dedicado a los Manglares de la República Dominicana.
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