SEMANA MUNDIAL DE LA LACTANCIA MATERNA: Qué hacer con la leche materna cuando fallece el bebé
Por Jaclin Campos
Santo Domingo, RD. Diócely Galván tenía cinco meses de gestación cuando, debido a un grave diagnóstico, los doctores en Estados Unidos, donde reside, pusieron fin a su embarazo. En depresión tras la pérdida su primer bebé, al cual esperaba con sobrada ilusión, un fenómeno inesperado hizo más honda su pena.
Un día sintió su blusa húmeda y, al buscar la causa, notó que de sus pezones manaba un líquido amarillento. Sorprendida, consultó a su esposo y fue él, médico al fin, quien disipó su temor.
La joven de 33 años había entrado en galactogénesis, el inicio de la secreción de la leche por las glándulas mamarias. Su cuerpo no entendía que Diócely no tenía un bebé que amamantar.
“Nunca nadie me dijo que iba a descargar leche”, dice a poco más de un año de aquella experiencia.
Tampoco le habían advertido que algo que se supone hermoso podía doler. Física y emocionalmente.
Mientras los paños tibios calmaban la molestia en sus senos (experimentó dolor y fiebre leve), no había compresas para sus emociones.
Comenzó a colectar su leche a diario, y hasta llegó a auxiliarse con un extractor; no obstante, cuando quiso donarla resultó insuficiente según los requisitos de los bancos lactarios.
Diócely se culpaba porque consideraba un desperdicio desechar tan valioso alimento en lugar de compartirlo con alguien que lo necesitara.
Finalmente, aceptó que, para poder cerrar su duelo, debía dejar de estimular la producción de leche.
“Sentía que no iba a poder superar el trauma”, explica. “Estaba en un limbo y no avanzaba”.
Respetar el deseo de la madre
Tras perder un bebé la mamá lactante debe tener la posibilidad de decidir entre detener su producción de leche o continuarla para donación. En esta opinión coinciden la doctora Nelly Escotto y la asesora certificada en lactancia Carola León.
Para algunas, frenar el proceso ayudaría a superar el trauma. Otras podrían encontrar sanación y consuelo en la donación, ya sea que continúen estimulando las glándulas mamarias o que posean un banco personal cuya reserva compartan con madres de confianza.
“Cada mujer tiene el derecho de manejar este proceso de la manera que desea”, considera León. “Algunas eligen seguirse extrayendo y donar su leche a bebés que lo necesitan y otras desean terminar la lactancia lo más pronto posible. Lo importante es saber que no hay una respuesta correcta y que los deseos de la madre deben ser respetados”.
El problema, según Escotto, es que las mujeres no siempre reciben la información adecuada. O no reciben ninguna en absoluto. De hecho, en ocasiones los médicos suministran medicamentos para impedir la secreción láctea sin consultarlo con la madre.
La desinformación, como evidencia la experiencia de Diócely, no solo limita las alternativas de la mujer frente a un asunto tan personal, sino que puede ensombrecer aún más un proceso que tiene para ella un profundo impacto psicológico y emocional.
Cómo influye el momento de la pérdida
Escotto, que comparte contenidos sobre lactancia y crianza a través de la cuenta @heavenlymilkrd, explica que en algunos países los protocolos de manejo en caso de muerte perinatal incluyen el abordaje de la lactancia desde el aspecto biológico y psicológico que conllevará para la madre “el tener los pechos llenos, pero los brazos vacíos”.
En una muerte perinatal, cuando aún no se ha iniciado la lactancia, se espera que ocurra la galactogénesis, puesto que el cerebro entiende que el bebé debe ser alimentado.
“Es en este momento en el que los profesionales deben informar a la madre las distintas opciones que tiene, para apoyarla, ya sea en inhibirla (farmacológica o fisiológicamente) o continuarla para donación o alimentación de otros niños en casa”, comenta Escotto.
Una madre que ya ha establecido la lactancia, en tanto, tendría la elección continuar la estimulación o irla inhibiendo a través de la reducción de la demanda.
“La diferencia entre una y otra -explica la doctora- será básicamente el tiempo que tome la inhibición fisiológica”.
Práctica desaconsejada
Como si fuera poco el sufrimiento que causa la muerte de un bebé, un manejo inadecuado de la producción de leche acarrea complicaciones físicas, entre ellas inflamación e infección.
“Muchos profesionales de la salud tienen un abordaje que busca evitar a toda costa el remover la leche, pudiendo esto llevar a congestión en los pechos, mastitis y absceso mamario”, advierte Escotto.
En otros casos, en el afán de detener la secreción láctea, las mujeres recurren a prácticas como vendar los pechos. León lo desaconseja porque esto genera dolor y eleva la probabilidad de complicaciones.
Qué hacer si opta por la supresión fisiológica
En caso de que la mujer quiera inhibir la producción de leche y reducir las molestias causadas por esta, ¿qué debe hacer?
Para reducir las molestias León, asesora certificada en lactancia a la que encuentras en las redes como @carolaleoncroes, recomienda:
- Aplicar terapia fría como compresas o bolsas de hielo.
- Tomar algún medicamento que ayude con el dolor e inflamación como el ibuprofeno, previa consulta con el médico.
- Aplicar duchas calientes y masajes, que pueden ayudar a ablandar senos muy congestionados y causar que la leche gotee de manera natural. Ambos (ducha caliente y masaje) pueden ser aplicados justo antes de realizar una extracción.
- Para parar la producción se debe eliminar la demanda, ya que cada vez que el seno se vacía, le manda señales al cuerpo de volver a reponer esta leche. “Pero esto no debe realizarse de manera brusca”, alerta. “El objetivo es lograr un balance entre aliviar los senos, pero a la vez extraer la menor cantidad de leche posible para no incentivar la producción”.
- Utilizar las manos para extraer un poco de leche es una manera excelente de aliviar sin estimular mucho. Otra opción es utilizar un extractor eléctrico o manual.
- Si una madre desea suprimir la lactancia de forma más acelerada, puede consultar con su obstetra si le puede indicar un medicamento para este fin.
¿Y si opta por la donación?
Mariel Meléndez, consultora de lactancia muy involucrada en el área de la donación de leche, conversa con Listín Diario sobre esta alternativa.
A madres que han perdido su criatura y están produciendo leche, ¿les recomendaría la donación? ¿Por qué?
Donar leche materna es donar vida, siempre será una buena idea. La decisión sobre donar o no siempre será de la madre y la familia. Tras el fallecimiento perinatal, es importante conocer la salud física y mental de la madre; he tenido madres a quienes he acompañado en su duelo, y el donar leche les ha sido terapéutico, en ello han encontrado refugio, validación de su maternidad y satisfaccíon en ayudar a otro niños; sin embargo, hay mujeres que al lactar y ver un alimento que era destinado a sus bebés idos, les causa mucha tristeza y no les ayuda en su proceso.
¿Existe algún protocolo especial para la donación en estos casos?
Para la donación de leche siempre se sigue el mismo protocolo tanto de las analíticas de la madre (que sea una mujer sana no perteneciente a poblaciones de riesgo o con hábitos tóxicos) como del proceso que luego cumple la leche en sí para que sea apta al consumo de otros bebés.
Los bancos de leche humana en el mundo no siempre especifican si aceptan o no la leche materna de madres cuyos bebés hayan fallecido. Por lo que orientarse y pertenecer a grupos de apoyo puede que dé alguna salida en caso de que deseen donar, el banco de leche no tenga una política clara y la otra madre desee recibir este alimento directo de la madre en duelo.
¿Recomendaría un proceso de acompañamiento a este tipo de donante?
Definitivamente, sí. Una ayuda sicológica para la madre y la familia es vital, además del acompañamiento de un especialista si esta decide hacer un destete farmacológico o bien si lo decide hacer de una manera natural, la longevidad de la donación también será decisión de la mujer.
¿Hay diferencia entre la madre que pierde al bebé cuando ya lo ha lactado un tiempo y la que pierde el embarazo y no llegó a lactar?
Si te refieres a la cantidad de su leche, no, no la hay. El proceso de lactancia se inicia al momento en que la placenta se despega del útero, habiendo nacido el bebé con o sin vida.
Si te refieres a la forma en la que se pudiera donar leche luego de la muerte del bebé, pues sí las hay.
Hay cuatro maneras en las que se presentarían las donaciones de leche humana tras la muerte perinatal:
1. Donación de leche extraída previa la muerte.
2. Donación de leche extraída cuando hay otro bebé que vive (otro hijo -amamantado en tándem-, parto múltiple)
3. Donación de leche extraída tras el fallecimiento mientras se desteta
4. Donación de leche extraída tras la muerte del bebé, sin la intención de destetar.
En conlusión, no hay estudios que digan si sería recomendable o no, si hay alguna repercusión positiva o negativa, mas todo descansará en el deseo de la madre.
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