Talan miles de metros cuadrados de manglar para construir el muro fronterizo
Además, dejan una franja de 600,000 metros cuadrados de territorio dominicano del otro lado del muro
En una rueda de prensa realizada este martes por la mañana en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, organizada por la Comisión Ambiental de la UASD y organizaciones pertenecientes la Coalición, advirtieron de la destrucción de manglares y el riesgo de pérdida de parte del territorio dominicano en la zona de Montecristi, próximo al municipio de Pepillo Salcedo (Manzanillo).
La semana pasada, los ambientalistas hicieron una visita al lugar denunciado y, utilizando drones, pudieron documentar la ubicación y magnitud del área impactada.
Según un documento enviado a los medios y un video publicado por los ambientalistas, para la construcción del muro fronterizo se han destruido miles de metros de manglar dentro del área protegida, así como otras especies, asegurando que esto "se hace sin licencia ambiental".
“La destrucción del manglar y otros daños se han producido en el proceso de construcción y relleno de una trocha de más de 20 metros de ancho para dar paso a una carretera de más de 20 kilómetros de largo, por donde se levanta el muro fronterizo y que dejará dividido en dos este Refugio de Vida Silvestre, que además está protegido por la convención internacional Ramsar”, expresaron los ambientalistas.
El impacto en el área protegida
Los ambientalistas alertan que con el relleno hecho para levantar el muro, dejarán sin una fuente de agua al manglar situado al este de la intervención, interrumpiendo el sistema acuático asociado al río Masacre, lo que consideran un crimen ecológico que podría causar su desaparición.
En la última actualización de imágenes de Google Earth, correspondiente a los primeros días de enero de este año, se puede observar la zona intervenida hasta ese momento: unos cuatro kilómetros de largo con un promedio de 20 metros de ancho. En el histórico de las imágenes satelitales se puede ver que los trabajos se iniciaron después de finales de octubre de 2022.
En la siguiente comparación se puede ver la intervención para la construcción del muro. La línea amarilla corresponde al límite fronterizo, y la línea verde demarca el área protegida.
El manglar talado, que separa la laguna del río Masacre, tiene un área aproximada de 4,000 metros cuadrados. Además existe otra zona intervenida de extracción de materiales de aproximadamente 30,000 metros cuadrados, también dentro del área protegida.
Lo que quedaría del otro lado del muro
Los ambientalistas advierten también, de una potencial pérdida de más de 600,000 metros cuadrados de suelo dominicano, que quedarían aislados entre la línea fronteriza, que es cauce del río Masacre, y el muro; dejando sin protección una zona de mangle y otras especies, fácilmente accesible desde el lado haitiano.
En la imagen siguiente, se puede ver en rojo el área que quedaría del otro lado del muro que corresponde a República Dominicana.
“Otro componente que desborda toda lógica, es que a pesar de los esfuerzos en defensa del río Masacre, un largo tramo del mismo también quedará aislado del territorio, con toda la vulnerabilidad que implica 'perder de vista' lo que ocurra en ese río desde el paraje La Vigía hasta su desembocadura en el mar”, explicaron los ambientalistas.
En la nota de prensa los ambientalistas explican que el Ministerio de Medio Ambiente ha tenido pleno conocimiento en todo momento de lo que califican como "crimen ambiental". “Se han hecho de la vista gorda bajo el argumento de que se trata de una obra del Estado, pasando por alto los mandatos de la Constitución y las leyes, que ponen bajo su custodia el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y vulnerando la convención internacional Ramsar ante la cual el propio Estado dominicano ha colocado bajo protección este humedal de importancia internacional”, concluyeron.
Laguna Saladilla y la lucha por preservarla
Laguna Saladilla es uno de los cuerpos de agua dulce más importantes de la zona entre Montecristi y Dajabón, formando parte del sistema fluvial del río Masacre. Ocupa una superficie de 5.29 kilómetros cuadrados, con una profundidad promedio de 1.8 metros.
Fue declarada Área Protegida en 1983 por el decreto No. 1315-83, y luego es reconocida como Refugio de Vida Silvestre. Tiempo atrás surtió al acueducto de Manzanillo.
Cerca de 70 pescadores y sus familias han vivido por décadas de esta laguna, en su mayoría viven en el poblado de Carbonera y se encuentran organizados para explotar de forma sostenible su única fuente de ingresos, aunque deben competir con pescadores furtivos dominicanos y haitianos que aprovechan la poca vigilancia y la proximidad a la frontera para depredar sus aguas, además de cazar aves y llevarse los huevos.
En 2011 grupos ecologistas advirtieron la pérdida de su caudal hasta en un 45 %, en gran medida por la agricultura ilegal dentro de los límites del área protegida.
En 2014 el entonces Ministro de Medio Ambiente, Bautista Rojas Gómez, anunció el rescate de laguna implementado medidas como el derribamiento de muros, el cierre de canales y la prohibición de quema de plantas acuáticas y pastos, que se llevaban a cabo para habilitar terrenos que destinan al cultivo de arroz y otros rubros agrícolas. También dispuso el incremento de la vigilancia para evitar la tumba de árboles que son utilizados posteriormente en la elaboración de carbón vegetal, especialmente por haitianos que cruzan ilegalmente la frontera.
Desde el lugar, Rojas Gómez conversó con los directores del Instituto Agrario Dominicano (IAD) y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Radhamés Valenzuela y Olgo Fernández, respectivamente, a quienes sugirió no autorizar intervenciones agrícolas en la zona.
Sin embargo para el 2016 las denuncias continuaban, grupos ecologistas y la asociación de pescadores de Carbonera, culparon al Instituto Agrario Dominicano (IAD) por otorgar terrenos dentro del área protegida con propósitos agrícolas, al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) por el dragado y desvío del cauce natural del río Masacre para irrigación, al Ministerio de Medio Ambiente por no proteger la zona, y a pescadores y cazadores ilegales que frecuentemente depredaban la biodiversidad de la laguna.
En 2017 y a raíz de todas estas denuncias, el exministro de Medio Ambiente, Francisco Domínguez Brito, inició y supervisó los trabajos de rescate de la laguna y la reconstrucción de un antiguo muro de contención, iniciado por Joaquín Balaguer, que fue en parte destruido para llevar agua a predios agrícolas de manera ilegal.
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