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Por Redacción ALMOMENTO.net
BUENOS AIRES.- El ultraderechista Javier Milei, de La Libertad Avanza, ha ganado este domingo las elecciones presidenciales de Argentina al imponerse a su rival, el candidato peronista y ministro de Economía Sergio Massa, por más de doce puntos porcentuales de diferencia, según el 86 por ciento del escrutinio.
Milei será el presidente de Argentina a partir del 10 de diciembre, al haber recibido el 55,95 por ciento de los votos frente al 44 por ciento que ha obtenido Massa, que antes de que se publicaran los resultados de los comicios ha llamado al libertario para «felicitarle y desearle suerte, porque es el presidente que la mayoría de argentinos eligió para los próximos cuatro años».
«Lo más importante que hay que dejarles a los argentinos es el mensaje de la convivencia, el diálogo y la paz ante tanta violencia y descalificación, es el mejor camino que podemos recorrer», ha manifestado. «Había dos caminos, nosotros optamos por el sistema de seguridad en manos del Estado, defendimos el camino de la defensa de la educación y la salud pública como valores centrales, a nuestras PYMES, que es la mejor forma de construir prosperidad, movilización social ascendente y progreso para nuestras nación», ha expresado.
El candidato oficialista, en su discurso, ha anunciado que «se termina una etapa» de su vida política, pese a que ha agregado que continuará «defendiendo los valores del trabajo, la educación pública, la industria nacional, el federalismo, como valores centrales de la Argentina». «Quiero decirles desde lo personal que traté de dejar todo lo mejor de mí en la campaña, lo hice convencido porque amo profundamente a la Argentina», ha afirmado.
La participación ha sido del 76,37 por ciento, cifra superior a la primera vuelta de los comicios, celebrada el pasado 22 de octubre. En Argentina, el voto es obligatorio, salvo excepciones contempladas por la ley y que debe en cualquier caso justificar el elector. No acudir implica multa y, en caso de impago, la inhabilitación para realizar gestiones ante los organismos oficiales durante todo un año.
El presidente saliente, Alberto Fernández, ha indicado que «el pueblo ha expresado su voluntad» al concurrir a las urnas y definir «el destino de la patria por los próximos cuatro años». «Soy un hombre de la democracia, y nada valoro más que el veredicto popular. Confío en que mañana mismo podamos empezar a trabajar con Javier Milei para garantizar una transición ordenada», ha agregado.
Asimismo, ha aprovechado la ocasión para agradecer a Massa por su labor a lo largo de la campaña y ha aseverado que seguirá «trabajando para fortalecer la democracia y las instituciones de la república, en unidad con todos los sectores que integran el movimiento nacional que siempre luchará por una patria justa, libre y soberana».
Por su parte, Patricia Bullrich, que quedó tercera en la primera vuelta y había dado su apoyo a Milei, ha aseverado que «ganó el cambio». «Felicidades Milei por tu contundente e histórico triunfo. Este domingo ganó el cambio profundo por el que venimos trabajando hace años. Somos millones de argentinos dispuestos a defender la libertad y el progreso por el que tanto estamos luchando, que has sabido representar con ideas claras».
Abanderado de los denominados libertarios, Milei ha centrado la campaña en señalar a la política tradicional y a su clase dirigente, a la que define como casta, como principal responsables de los males Argentina. Sin embargo, el apoyo de Bullrich –que le ha felicitado «de corazón» y ha aseverado que «comienza una nueva Argentina»– provocó que rebajase el tono.
En materia social Milei no deja espacio a la duda y ya ha dejado claro, a veces con más histrionismo del que se le presupone a un líder político, que si de él dependiera reduciría el papel del Estado hasta el punto de justificar votar en contra de una ley que detecta cardiopatías congénitas en los bebés antes de nacer porque supondría más gasto público.
«Yo soy liberal libertario, filosóficamente, soy anarquista de mercado», dijo en una ocasión. Se ha mostrado contrario al aborto, incluso si el embarazo viene de una violación, pero sí le parece buena idea crear un mercado para promover la compraventa de órganos. Defiende dolarizar la economía y ha cuestionado la cifra oficial de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura.
Una de sus últimas polémicas ha sido su defensa durante el debate del domingo de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, por quien siempre ha sentido una gran afinidad y a quien calificó de «gran líder», lo que ha provocado el rechazo, por ejemplo, de colectivos de veteranos de la guerra de las Malvinas.
Por su parte, Massa ha estado lidiando con la paradoja que supone ser responsable de las finanzas de un país que pasa por uno de sus peores momentos económicos y candidato de la fuerza que aspira a estar otros cuatro años en el poder, apelando de nuevo de manera particular a la clase trabajadora, sector al que acude tradicionalmente el peronismo para lograr conseguir votos.
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