Kervin José Ramírez
EFE
En la tranquila localidad de La Bombita, en la provincia de Azua, se vivió un episodio de profundo dolor cuando Kervin José Ramírez, un joven de tan solo 29 años, tomó la desesperada decisión de acabar con su vida tras la ruptura con su pareja. El incidente tuvo lugar en la habitación donde residía, en la calle respaldo Tomás Oviedo, en el sector Los Acostados.
Según las investigaciones preliminares realizadas por la Dirección de Investigaciones Criminales (Dicrim), el cuerpo sin vida de Ramírez fue encontrado por su vecina Dianiris Daniela Custodio, quien inmediatamente alertó a las autoridades. Ramírez se había colgado de una madera utilizando una soga en la misma vivienda que compartió durante varios años con su pareja, identificada únicamente como Jenny.
El impacto emocional de la ruptura parece haber sido devastador para Ramírez. Su tío, Miguel Ramírez, reveló que el joven había mostrado signos evidentes de depresión y angustia desde que su relación terminó. En los días previos a su muerte, Ramírez había dejado varios mensajes en su celular donde expresaba su desesperanza y su intención de terminar con su vida si su pareja no aceptaba retomar la relación.
Además, en un manuscrito encontrado en la escena, Kervin José dejó plasmadas sus últimas palabras, en las que daba consejos a sus hijos y explicaba las razones detrás de su trágica decisión. Este documento ha sido descrito por sus familiares como un testamento emocional, donde se refleja el dolor y la confusión que lo llevaron a tomar una medida tan extrema.
El cuerpo de Ramírez fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) en Azua, donde se realizaron los procedimientos correspondientes antes de ser entregado a su familia. Su sepultura tuvo lugar en el cementerio nuevo, ubicado en la salida de Azua hacia Barahona, en medio de la consternación de amigos, familiares y vecinos que aún no pueden creer lo sucedido.
La tragedia no solo ha dejado una profunda herida en la comunidad, sino que también ha puesto de relieve la importancia de prestar atención a las señales de depresión y angustia en aquellos que han sufrido una pérdida emocional significativa. El caso de Kervin José Ramírez es un recordatorio doloroso de cómo el desamor puede llevar a decisiones irreversibles, afectando no solo a la persona en cuestión, sino también a quienes lo rodean.
En la tranquila localidad de La Bombita, en la provincia de Azua, se vivió un episodio de profundo dolor cuando Kervin José Ramírez, un joven de tan solo 29 años, tomó la desesperada decisión de acabar con su vida tras la ruptura con su pareja. El incidente tuvo lugar en la habitación donde residía, en la calle respaldo Tomás Oviedo, en el sector Los Acostados.
Según las investigaciones preliminares realizadas por la Dirección de Investigaciones Criminales (Dicrim), el cuerpo sin vida de Ramírez fue encontrado por su vecina Dianiris Daniela Custodio, quien inmediatamente alertó a las autoridades. Ramírez se había colgado de una madera utilizando una soga en la misma vivienda que compartió durante varios años con su pareja, identificada únicamente como Jenny.
El impacto emocional de la ruptura parece haber sido devastador para Ramírez. Su tío, Miguel Ramírez, reveló que el joven había mostrado signos evidentes de depresión y angustia desde que su relación terminó. En los días previos a su muerte, Ramírez había dejado varios mensajes en su celular donde expresaba su desesperanza y su intención de terminar con su vida si su pareja no aceptaba retomar la relación.
Además, en un manuscrito encontrado en la escena, Kervin José dejó plasmadas sus últimas palabras, en las que daba consejos a sus hijos y explicaba las razones detrás de su trágica decisión. Este documento ha sido descrito por sus familiares como un testamento emocional, donde se refleja el dolor y la confusión que lo llevaron a tomar una medida tan extrema.
El cuerpo de Ramírez fue trasladado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) en Azua, donde se realizaron los procedimientos correspondientes antes de ser entregado a su familia. Su sepultura tuvo lugar en el cementerio nuevo, ubicado en la salida de Azua hacia Barahona, en medio de la consternación de amigos, familiares y vecinos que aún no pueden creer lo sucedido.
La tragedia no solo ha dejado una profunda herida en la comunidad, sino que también ha puesto de relieve la importancia de prestar atención a las señales de depresión y angustia en aquellos que han sufrido una pérdida emocional significativa. El caso de Kervin José Ramírez es un recordatorio doloroso de cómo el desamor puede llevar a decisiones irreversibles, afectando no solo a la persona en cuestión, sino también a quienes lo rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario