OPINIÓN: Venezuela y República Dominicana: una relación más allá de lo político
Las Actuales RD
Hoy que la izquierda se divide en democrática y no democrática, cabe recordar que ningún país de América, en pleno siglo XXI, merece régimen totalitario alguno, sobre todo, porque la alianza de izquierda que hace década y media parecía unida en nuestro continente, hoy ha tomado rumbos distintos.
Por Víctor Eddy Mateo Vásquez
Las posturas políticas son coyunturales. Desde 1945 hasta el 30 de julio de 2024, la República Bolivariana de Venezuela y la República Dominicana mantuvieron relaciones diplomáticas. Con el tiempo, esos vínculos se fueron estrechando de forma tal, que, desde hace unos años hasta la actualidad, miles de venezolanos residen en el país y los dominicanos les hemos hecho sentir en casa. Lo propio han hecho los venezolanos con los quisqueyanos en su país.
Como si fuera asunto del destino, se registra que la familia del prócer Simón Bolívar, conocido como don Simón Bolívar, llegó a la entonces Isla La Española en el siglo XV, situándose en la hoy provincia La Altagracia, específicamente en Higüey. En ese mismo tenor, nuestro prócer Juan Pablo Duarte residió y murió en Venezuela. Es decir, el agradecimiento es mutuo, histórico e inseparable. Nadie podrá jamás borrar la historia.
Años más tarde, el profesor Juan Bosch también se exilió en Venezuela. Ni decir de la relación del expresidente Carlos Andrés Pérez con el liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), especialmente con el doctor José Francisco Peña Gómez. Además, la relación fraternal del expresidente Hugo Chávez y del también expresidente, doctor Leonel Fernández. Tanto Chávez, como Pérez, residieron en nuestro país.
Sin embargo, desde 2018, siendo presidente el licenciado Danilo Medina, las relaciones entre Venezuela y República Dominicana se enfriaron. La razón fue el desacuerdo del Gobierno dominicano con los resultados de las elecciones de aquel año por la falta de garantía democrática con que contó el proceso electoral. Desde entonces, República Dominicana no ha designado embajadores en dicha nación; tampoco Venezuela. Aunque las embajadas y sus respectivos cuerpos diplomáticos se mantenían trabajando.
Ahora bien, como si fuera crónica de una crisis anunciada, la relación económica entre ambas naciones disminuyó considerablemente en el tiempo. En 2022, el intercambio comercial entre ambas naciones fue de unos 105.1 millones de dólares estadounidenses, US$78.5 importados desde Venezuela y US$26.6 millones exportados desde República Dominicana. Para 2023 fue peor, ya que el intercambio comercial fue de apenas 52.5 millones de dólares estadounidenses. Prácticamente la mitad de 2022.
Empero, los lazos de hermandad entre estas dos naciones no se romperán por la situación política y diplomática actual. Los dominicanos hemos sabido apreciar la preparación y la laboriosidad de los venezolanos. Hemos admirado su talento y disciplina en el arte. Solo hay que recordar el referente que significó para nuestro país en la década de los 80´s hasta inicios del presente siglo. El consumo dominicano de la televisión venezolana era extraordinario.
Es por ello que, en la actualidad, el pueblo dominicano le tiende la mano amiga de manera desinteresada. El Gobierno encabezado por el presidente Luis Abinader hizo lo correcto al defender a Venezuela públicamente y ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Hoy que la izquierda se divide en democrática y no democrática, cabe recordar que ningún país de América, en pleno siglo XXI, merece régimen totalitario alguno, sobre todo, porque la alianza de izquierda que hace década y media parecía unida en nuestro continente, hoy ha tomado rumbos distintos. Lula, quien retornó a la Presidencia de su país por la vía democrática lo sabe, pero decidió jugar un triste y penoso papel ante la OEA.
¡Venezuela merece su libertad!
Hoy que la izquierda se divide en democrática y no democrática, cabe recordar que ningún país de América, en pleno siglo XXI, merece régimen totalitario alguno, sobre todo, porque la alianza de izquierda que hace década y media parecía unida en nuestro continente, hoy ha tomado rumbos distintos.
Por Víctor Eddy Mateo Vásquez
Las posturas políticas son coyunturales. Desde 1945 hasta el 30 de julio de 2024, la República Bolivariana de Venezuela y la República Dominicana mantuvieron relaciones diplomáticas. Con el tiempo, esos vínculos se fueron estrechando de forma tal, que, desde hace unos años hasta la actualidad, miles de venezolanos residen en el país y los dominicanos les hemos hecho sentir en casa. Lo propio han hecho los venezolanos con los quisqueyanos en su país.
Como si fuera asunto del destino, se registra que la familia del prócer Simón Bolívar, conocido como don Simón Bolívar, llegó a la entonces Isla La Española en el siglo XV, situándose en la hoy provincia La Altagracia, específicamente en Higüey. En ese mismo tenor, nuestro prócer Juan Pablo Duarte residió y murió en Venezuela. Es decir, el agradecimiento es mutuo, histórico e inseparable. Nadie podrá jamás borrar la historia.
Años más tarde, el profesor Juan Bosch también se exilió en Venezuela. Ni decir de la relación del expresidente Carlos Andrés Pérez con el liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), especialmente con el doctor José Francisco Peña Gómez. Además, la relación fraternal del expresidente Hugo Chávez y del también expresidente, doctor Leonel Fernández. Tanto Chávez, como Pérez, residieron en nuestro país.
Sin embargo, desde 2018, siendo presidente el licenciado Danilo Medina, las relaciones entre Venezuela y República Dominicana se enfriaron. La razón fue el desacuerdo del Gobierno dominicano con los resultados de las elecciones de aquel año por la falta de garantía democrática con que contó el proceso electoral. Desde entonces, República Dominicana no ha designado embajadores en dicha nación; tampoco Venezuela. Aunque las embajadas y sus respectivos cuerpos diplomáticos se mantenían trabajando.
Ahora bien, como si fuera crónica de una crisis anunciada, la relación económica entre ambas naciones disminuyó considerablemente en el tiempo. En 2022, el intercambio comercial entre ambas naciones fue de unos 105.1 millones de dólares estadounidenses, US$78.5 importados desde Venezuela y US$26.6 millones exportados desde República Dominicana. Para 2023 fue peor, ya que el intercambio comercial fue de apenas 52.5 millones de dólares estadounidenses. Prácticamente la mitad de 2022.
Empero, los lazos de hermandad entre estas dos naciones no se romperán por la situación política y diplomática actual. Los dominicanos hemos sabido apreciar la preparación y la laboriosidad de los venezolanos. Hemos admirado su talento y disciplina en el arte. Solo hay que recordar el referente que significó para nuestro país en la década de los 80´s hasta inicios del presente siglo. El consumo dominicano de la televisión venezolana era extraordinario.
Es por ello que, en la actualidad, el pueblo dominicano le tiende la mano amiga de manera desinteresada. El Gobierno encabezado por el presidente Luis Abinader hizo lo correcto al defender a Venezuela públicamente y ante la Organización de Estados Americanos (OEA). Hoy que la izquierda se divide en democrática y no democrática, cabe recordar que ningún país de América, en pleno siglo XXI, merece régimen totalitario alguno, sobre todo, porque la alianza de izquierda que hace década y media parecía unida en nuestro continente, hoy ha tomado rumbos distintos. Lula, quien retornó a la Presidencia de su país por la vía democrática lo sabe, pero decidió jugar un triste y penoso papel ante la OEA.
¡Venezuela merece su libertad!
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