Así Recuerda Ingris Mendoza a Reinaldo Pared Pérez.

Las Actuales RD

Tres años sin ti, y parecen tres siglos. Tres años sin escuchar tu voz, sin sentir tu mano junto a la mía recorriendo la vida, compartiendo cada momento y rincón de ella. Tu ausencia pesa en cada esquina de la casa y de mi corazón. La cama sigue siendo tan grande como el profundo silencio que me envuelve. Tu silla vacía parece acompañarme, y a veces me sorprendo hablándote, como si estuvieras junto al café de la mañana. Tus cosas siguen allí, en los lugares donde solías dejarlas: tu billetera, el último libro que leías y la esfera antiestrés que te regalé.

Aún sostengo contigo esas largas charlas que teníamos, y recibo en mi alma tus respuestas. El paso del tiempo no ha difuminado el recuerdo que dejaste; no permitiré que los días borren el sonido de tu risa, tus palabras llenas de cariño, tus bromas que llenaban de alegría cualquier momento. Todo lo que te gustaba, lo que disfrutabas, sigue tan vivo en mí como si estuvieras aquí, porque siempre serás la parte más bonita que he vivido. Estás presente en cada tarjeta que me escribiste, en los mensajes de amor que aún conservo en mi celular.

Y aunque a veces la desesperación me embarga, sabiendo que es otro día sin verte, la paz regresa al recordar todo lo que compartimos. Quédate en mis sueños, allí donde aún te tengo, donde nos reencontramos para compartir risas y momentos maravillosos, todo aquello que la muerte nos quitó. Quédate siempre, porque yo estaré contigo siempre.

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