Madre dice verdugo de la maestra había sido acogido como un hijo
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Madre de la maestra asesinada en Batey Bienvenido en Santo Domingo Oeste muestra su dolor.
![](https://listindiario.com/files/vertical_main_image/uploads/2025/02/09/67a953fa06b1b.jpeg)
Doña Juana Emiliano con la foto de su hija.Víctor Ramírez
Por Shaddai Eves
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Madre de la maestra asesinada en Batey Bienvenido en Santo Domingo Oeste muestra su dolor.
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Doña Juana Emiliano con la foto de su hija.Víctor Ramírez
Por Shaddai Eves
Santo Domingo, RD. Doña Juana Emiliano, una octagenaria de 84 años, nunca imaginó que la persona a la que acogió como un hijo, a quien le brindó techo, alimento y educación, se convertiría en el principal imputado en la muerte de su hija, Francisca Emiliano.
Ella conoció muy bien a Bernardo Figueroa Ferreira, un abogado al que ayudó desde sus inicios en el sector Batey Bienvenido, en Santo Domingo Oeste.
“Ese hombre no era un desconocido”, lamentó doña Juana, intentando contener las lágrimas, pero los estragos de los múltiples accidentes cerebrovasculares que ha sufrido dificultaban su expresión y que pronunciara bien todas las palabras.
“Vivió por un tiempo sin pagar ni un solo peso en una de mis casas en Bienvenido, Manoguayabo. Yo le pagaba el pasaje para ir a la universidad. Lo atendí en ese momento como un hijo”, narró a reporteros de LISTÍN DIARIO, al tiempo en que señaló “y ahora dice que no nos conoce a ningunos”. Samuel Terrero y Erideivi Martínez , dos de los cuatro hijos de la hija de crianza de Francisca (fallecida), contaron en la casa de su abuela, ubicada en la calle 4 del sector Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte, cómo se desencadenó la tragedia. Según la familia, Figueroa Ferreira tenía un largo historial de abusos de confianza. “Hubo un tiempo que estuvo enamorado de mi abuela (Francisca), la acosaba constantemente. Ella misma lo enfrentó en varias ocasiones”, contó su nieto Erideivi. Sin embargo, no fue esta la razón de su desaparición en el mes de enero. El conflicto final surgió por un terreno que el abogado intentó apropiarse y que no le pertenecía, de acuerdo a lo que contaron los familiares de Francisca.
“Doña Juana repartió en vida. Hace mucho le había vendido como una mejora, un pedazo, a una sobrina de ella y ella se la vendió a Figueroa hace mucho tiempo. Él ahí construyó”, dijo.
“El atrincheró el callejón de doña Juana y ella le reclamaba que si vendía por donde iban a cruzar la gente y había un baño que siempre se le dijo que no iba incluido. El caso es que el cerró el callejón por donde estaba el verdadero paso de él para el hacer su patio más grande y amplio”, agregó Samuel.
Francisca indignada por el abuso que el hombre estaba cometiendo, supuestamente decidió llevar el caso a la justicia y a Figueroa lo citaron para resolver el conflicto ante la ley.
Ella se dirigió a la casa de su madre, en la calle primera, del sector Batey Bienvenido, a dejar la carta de la citación del hombre a la Junta de Vecinos para que se la entregara a él y fue la última vez que sus familiares la vieron con vida.
“Mi abuela fue sola a entregarle la notificación y él ya lo tenía todo planeado, porque era a la Junta que ella se la iba a dar y el usó a un sobrino de ella de carnada para que ella fuera a llevarle la carta directamente al patio de la casa”, aseguró Samuel.
“El abogado la golpeó brutalmente con un palo por la nuca, la amordazó y la metió en una maleta”, dijo Erideivi.
Mientras la familia desesperada buscaba a Francisca, el abogado se paseaba con una sonrisa, cuentan los familiares de la mujer.
“Ese desgraciado cuando le preguntamos que si la había vista, que dónde estaba, decía que mi abuela era una bruja y que andaba volando”, dijo Samuel.
Francisca era una destacada profesora jubilada de la escuela José Francisco Cabral López.
“Mi abuela Francisca era una mujer que no se metía con nadie, de su casa. Era la educadora del barrio. Le dio clases a los niños, jóvenes y adultos del barrio y alfabetizo a todo el mundo aquí. Hay gente consternada que aún no cree lo sucedido. No era mala persona, se solidarizaba con todo el mundo”, dijo Samuel.
Doña Juana contó que el abogado iba a visitarla a su casa a cada rato, pero el trato hacia él no era el mismo.
Anteriormente, había sido la persona designada para el cobro de los alquileres de las casa de Juana en Batey Bienvenido, y según contó Juana, “el cobraba las casas y le quité la tarea porque el dinero de las casas nunca estaba y siempre había una excusa”.
Juana contó llorando que los utensilios con los que asesinaron a su hija Francisca estaban en su casa de Batey Bienvenido. Tras cometer el crimen, el abogado intentó esconderse, pero fue capturado por las autoridades policiales.
“Él se puso a beber después que hizo lo que hizo y le dio bebida a todo el mundo, según lo que muestran las cámaras y entonces fue a la casa de la mamá de David y dijo que mi abuela andaba volando, sabiendo lo que hizo”, dijo Samuel.
La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste dictó tres meses de prisión preventiva en contra del hombre para ser cumplidos en Najayo Hombres.
El abogado en compañía de un nacional haitiano introdujo el cuerpo de la víctima en una maleta y juntos trasladaron el cadáver en las proximidades de la rivera del Río Haina para enterrarlo en unos matorrales.
“Nosotros como familia entendemos que no deben haber vacas sagradas. Él debe pagar por lo que hizo. Mataron a una mujer que le sumaba a la sociedad, con hijos, nietos y una madre convaleciente”, dijo Samuel.
El haitiano está cumpliendo tres meses de prisión como medida de coerción en La Victoria.
Causa
La venta
Asesinato.
“Él en la actualidad no vive por ahí, pero tiene en cuatro casitas alquiladas. Él empezó a extenderse sobre terrenos que no le pertenecían. Cerró el callejón que servía de paso para ambas casas y anteriormente había construido un pozo séptico, a pesar de que se le había dicho que no estaba incluido en la venta”, relató Erideivi, lo que a su juicio fue la causa del asesinato de Francisca.
Ella conoció muy bien a Bernardo Figueroa Ferreira, un abogado al que ayudó desde sus inicios en el sector Batey Bienvenido, en Santo Domingo Oeste.
“Ese hombre no era un desconocido”, lamentó doña Juana, intentando contener las lágrimas, pero los estragos de los múltiples accidentes cerebrovasculares que ha sufrido dificultaban su expresión y que pronunciara bien todas las palabras.
“Vivió por un tiempo sin pagar ni un solo peso en una de mis casas en Bienvenido, Manoguayabo. Yo le pagaba el pasaje para ir a la universidad. Lo atendí en ese momento como un hijo”, narró a reporteros de LISTÍN DIARIO, al tiempo en que señaló “y ahora dice que no nos conoce a ningunos”. Samuel Terrero y Erideivi Martínez , dos de los cuatro hijos de la hija de crianza de Francisca (fallecida), contaron en la casa de su abuela, ubicada en la calle 4 del sector Los Guaricanos, en Santo Domingo Norte, cómo se desencadenó la tragedia. Según la familia, Figueroa Ferreira tenía un largo historial de abusos de confianza. “Hubo un tiempo que estuvo enamorado de mi abuela (Francisca), la acosaba constantemente. Ella misma lo enfrentó en varias ocasiones”, contó su nieto Erideivi. Sin embargo, no fue esta la razón de su desaparición en el mes de enero. El conflicto final surgió por un terreno que el abogado intentó apropiarse y que no le pertenecía, de acuerdo a lo que contaron los familiares de Francisca.
“Doña Juana repartió en vida. Hace mucho le había vendido como una mejora, un pedazo, a una sobrina de ella y ella se la vendió a Figueroa hace mucho tiempo. Él ahí construyó”, dijo.
“El atrincheró el callejón de doña Juana y ella le reclamaba que si vendía por donde iban a cruzar la gente y había un baño que siempre se le dijo que no iba incluido. El caso es que el cerró el callejón por donde estaba el verdadero paso de él para el hacer su patio más grande y amplio”, agregó Samuel.
Francisca indignada por el abuso que el hombre estaba cometiendo, supuestamente decidió llevar el caso a la justicia y a Figueroa lo citaron para resolver el conflicto ante la ley.
Ella se dirigió a la casa de su madre, en la calle primera, del sector Batey Bienvenido, a dejar la carta de la citación del hombre a la Junta de Vecinos para que se la entregara a él y fue la última vez que sus familiares la vieron con vida.
“Mi abuela fue sola a entregarle la notificación y él ya lo tenía todo planeado, porque era a la Junta que ella se la iba a dar y el usó a un sobrino de ella de carnada para que ella fuera a llevarle la carta directamente al patio de la casa”, aseguró Samuel.
“El abogado la golpeó brutalmente con un palo por la nuca, la amordazó y la metió en una maleta”, dijo Erideivi.
Mientras la familia desesperada buscaba a Francisca, el abogado se paseaba con una sonrisa, cuentan los familiares de la mujer.
“Ese desgraciado cuando le preguntamos que si la había vista, que dónde estaba, decía que mi abuela era una bruja y que andaba volando”, dijo Samuel.
Francisca era una destacada profesora jubilada de la escuela José Francisco Cabral López.
“Mi abuela Francisca era una mujer que no se metía con nadie, de su casa. Era la educadora del barrio. Le dio clases a los niños, jóvenes y adultos del barrio y alfabetizo a todo el mundo aquí. Hay gente consternada que aún no cree lo sucedido. No era mala persona, se solidarizaba con todo el mundo”, dijo Samuel.
Doña Juana contó que el abogado iba a visitarla a su casa a cada rato, pero el trato hacia él no era el mismo.
Anteriormente, había sido la persona designada para el cobro de los alquileres de las casa de Juana en Batey Bienvenido, y según contó Juana, “el cobraba las casas y le quité la tarea porque el dinero de las casas nunca estaba y siempre había una excusa”.
Juana contó llorando que los utensilios con los que asesinaron a su hija Francisca estaban en su casa de Batey Bienvenido. Tras cometer el crimen, el abogado intentó esconderse, pero fue capturado por las autoridades policiales.
“Él se puso a beber después que hizo lo que hizo y le dio bebida a todo el mundo, según lo que muestran las cámaras y entonces fue a la casa de la mamá de David y dijo que mi abuela andaba volando, sabiendo lo que hizo”, dijo Samuel.
La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente de Santo Domingo Oeste dictó tres meses de prisión preventiva en contra del hombre para ser cumplidos en Najayo Hombres.
El abogado en compañía de un nacional haitiano introdujo el cuerpo de la víctima en una maleta y juntos trasladaron el cadáver en las proximidades de la rivera del Río Haina para enterrarlo en unos matorrales.
“Nosotros como familia entendemos que no deben haber vacas sagradas. Él debe pagar por lo que hizo. Mataron a una mujer que le sumaba a la sociedad, con hijos, nietos y una madre convaleciente”, dijo Samuel.
El haitiano está cumpliendo tres meses de prisión como medida de coerción en La Victoria.
Causa
La venta
Asesinato.
“Él en la actualidad no vive por ahí, pero tiene en cuatro casitas alquiladas. Él empezó a extenderse sobre terrenos que no le pertenecían. Cerró el callejón que servía de paso para ambas casas y anteriormente había construido un pozo séptico, a pesar de que se le había dicho que no estaba incluido en la venta”, relató Erideivi, lo que a su juicio fue la causa del asesinato de Francisca.
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