Barahona: Relación de pareja y la falta de deseo sexual: un enemigo silente
Las Actuales RD
Por Elizabeth Mora
En el contexto de la vida en pareja, uno de los aspectos que suele pasar desapercibido hasta que se convierte en un problema es la falta de deseo sexual. A menudo, este tema se mantiene en silencio, envuelto en la incomodidad y el temor a herir la sensibilidad del otro. Sin embargo, es una realidad que afecta a muchas parejas y que puede deteriorar profundamente la relación si no se aborda a tiempo.
El deseo sexual y su papel en la intimidad
El deseo sexual es una manifestación natural del vínculo afectivo y la conexión emocional en una relación. Más allá de lo físico, es un lenguaje que comunica cariño, validación y complicidad. Cuando el deseo empieza a disminuir, se produce un distanciamiento que va más allá del contacto íntimo; afecta la forma en que nos relacionamos, nos comunicamos y percibimos al otro.
¿Por qué disminuye el deseo sexual en pareja?
Las causas de la falta de deseo son multifactoriales. Entre las más comunes se encuentran:
Estrés y rutina: La vida moderna nos somete a niveles altos de estrés y responsabilidades que dejan poco espacio para la intimidad.
Problemas no resueltos: Las discusiones constantes, resentimientos acumulados y falta de comunicación afectan directamente el deseo.
Factores hormonales y de salud: Cambios hormonales, enfermedades crónicas, fatiga o efectos secundarios de medicamentos también pueden disminuir la libido.
Baja autoestima o imagen corporal: No sentirse bien con uno mismo o con el propio cuerpo impacta la disposición hacia el encuentro íntimo.
Desconexión emocional: Cuando la pareja deja de compartir momentos significativos y de nutrir la relación emocional, el deseo puede apagarse.
La importancia de la terapia sexual
William Masters y Virginia Johnson, considerados los padres de la terapia sexual moderna, ya advertían sobre la importancia de comprender que la sexualidad va mucho más allá de la función biológica. Su enfoque integrador resaltaba la interacción entre lo físico y lo emocional, y cómo la intimidad puede verse afectada por múltiples factores tanto personales como relacionales.
Su modelo nos recuerda que las disfunciones sexuales, como la falta de deseo, deben abordarse desde una perspectiva biopsicosocial, considerando el cuerpo, la mente y la dinámica de la pareja.
El enemigo silencioso
Lo más peligroso de la falta de deseo sexual es que, al no hablarse, se vuelve un problema oculto que va erosionando la relación poco a poco. Al no expresarlo o buscar soluciones, pueden aparecer sentimientos de rechazo, inseguridad, frustración y soledad, generando un círculo vicioso que afecta la estabilidad de la pareja.
¿Cómo enfrentar este desafío?
1. Abrir espacios de diálogo: Hablar con honestidad y sin culpas sobre lo que ambos sienten y necesitan es clave para empezar a resolver la situación.
2. Reconectar emocionalmente: Recuperar la complicidad y la cercanía emocional mediante actividades compartidas o momentos de calidad puede reactivar la intimidad.
3. Buscar apoyo profesional: En ocasiones, la ayuda de un terapeuta de pareja o sexólogo es necesaria para identificar y trabajar en las causas profundas.
4. Cuidar el bienestar individual: Mejorar la salud física y emocional de cada uno, reduciendo el estrés y fortaleciendo la autoestima, es fundamental.
5. Romper la rutina: Explorar nuevas formas de intimidad y salir de la monotonía puede ser una excelente estrategia para recuperar la chispa.
Una invitación a la reflexión
La falta de deseo sexual no es una sentencia definitiva para la relación, pero sí es un llamado de atención que no debe ignorarse. Romper el silencio y tratar el tema con madurez y empatía es el primer paso para sanar y fortalecer el vínculo.
¿Alguna vez has sentido que la falta de deseo ha afectado tu relación de pareja?
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.

En el contexto de la vida en pareja, uno de los aspectos que suele pasar desapercibido hasta que se convierte en un problema es la falta de deseo sexual. A menudo, este tema se mantiene en silencio, envuelto en la incomodidad y el temor a herir la sensibilidad del otro. Sin embargo, es una realidad que afecta a muchas parejas y que puede deteriorar profundamente la relación si no se aborda a tiempo.
El deseo sexual y su papel en la intimidad
El deseo sexual es una manifestación natural del vínculo afectivo y la conexión emocional en una relación. Más allá de lo físico, es un lenguaje que comunica cariño, validación y complicidad. Cuando el deseo empieza a disminuir, se produce un distanciamiento que va más allá del contacto íntimo; afecta la forma en que nos relacionamos, nos comunicamos y percibimos al otro.
¿Por qué disminuye el deseo sexual en pareja?
Las causas de la falta de deseo son multifactoriales. Entre las más comunes se encuentran:
Estrés y rutina: La vida moderna nos somete a niveles altos de estrés y responsabilidades que dejan poco espacio para la intimidad.
Problemas no resueltos: Las discusiones constantes, resentimientos acumulados y falta de comunicación afectan directamente el deseo.
Factores hormonales y de salud: Cambios hormonales, enfermedades crónicas, fatiga o efectos secundarios de medicamentos también pueden disminuir la libido.
Baja autoestima o imagen corporal: No sentirse bien con uno mismo o con el propio cuerpo impacta la disposición hacia el encuentro íntimo.
Desconexión emocional: Cuando la pareja deja de compartir momentos significativos y de nutrir la relación emocional, el deseo puede apagarse.
La importancia de la terapia sexual
William Masters y Virginia Johnson, considerados los padres de la terapia sexual moderna, ya advertían sobre la importancia de comprender que la sexualidad va mucho más allá de la función biológica. Su enfoque integrador resaltaba la interacción entre lo físico y lo emocional, y cómo la intimidad puede verse afectada por múltiples factores tanto personales como relacionales.
Su modelo nos recuerda que las disfunciones sexuales, como la falta de deseo, deben abordarse desde una perspectiva biopsicosocial, considerando el cuerpo, la mente y la dinámica de la pareja.
El enemigo silencioso
Lo más peligroso de la falta de deseo sexual es que, al no hablarse, se vuelve un problema oculto que va erosionando la relación poco a poco. Al no expresarlo o buscar soluciones, pueden aparecer sentimientos de rechazo, inseguridad, frustración y soledad, generando un círculo vicioso que afecta la estabilidad de la pareja.
¿Cómo enfrentar este desafío?
1. Abrir espacios de diálogo: Hablar con honestidad y sin culpas sobre lo que ambos sienten y necesitan es clave para empezar a resolver la situación.
2. Reconectar emocionalmente: Recuperar la complicidad y la cercanía emocional mediante actividades compartidas o momentos de calidad puede reactivar la intimidad.
3. Buscar apoyo profesional: En ocasiones, la ayuda de un terapeuta de pareja o sexólogo es necesaria para identificar y trabajar en las causas profundas.
4. Cuidar el bienestar individual: Mejorar la salud física y emocional de cada uno, reduciendo el estrés y fortaleciendo la autoestima, es fundamental.
5. Romper la rutina: Explorar nuevas formas de intimidad y salir de la monotonía puede ser una excelente estrategia para recuperar la chispa.
Una invitación a la reflexión
La falta de deseo sexual no es una sentencia definitiva para la relación, pero sí es un llamado de atención que no debe ignorarse. Romper el silencio y tratar el tema con madurez y empatía es el primer paso para sanar y fortalecer el vínculo.
¿Alguna vez has sentido que la falta de deseo ha afectado tu relación de pareja?
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.
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