Loot Boxes: el riesgo oculto en los video juegos
Las Actuales RD
SANTO DOMINGO: Con mecánicas similares a las de los casinos, las loot boxes son un riesgo para la salud financiera y emocional de los niños. ESET advierte los avances en regulaciones y cómo minimizar los riesgos.
Históricamente, los videojuegos seguían un modelo económico sencillo: pagar una vez y jugar para siempre. Hoy, muchos han adoptado los ecosistemas free-to-play, donde los jugadores obtienen acceso gratuito al juego, pero son incentivados a gastar dinero en extras para acelerar el progreso, obtener ventajas o mejorar la experiencia de juego. Así surgen las loot boxes (o cajas de botín), las apuestas por skins y otras microtransacciones que se convirtieron en una característica controvertida de muchos videojuegos y donde la línea que separa el entretenimiento de las apuestas se vuelve difusa.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte que las cajas misteriosas selladas y otras recompensas similares a las de los casinos, pueden contribuir al desarrollo de adicción al juego entre niños y adolescente, quienes muchas veces no son conscientes de que están participando en una dinámica de apuestas.
“Las loot boxes, no muy distintas de las tarjetas raspa y gana de la lotería o de los huevos de chocolate que contienen juguetes de plástico aleatorios, son quizá el tipo más controvertido de recompensas dentro del juego. Los juegos principales, como Candy Crush, Fortnite, FIFA, League of Legends y Final Fantasy, también han dependido de los ingresos de estas "bolsas de botín" y otras microtransacciones para sustentar los costos de desarrollo. Los estudios estiman que para finales de 2025, las loot boxes generarán más de 20.000 millones de dólares en ingresos”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de ESET Latinoamérica.
Las loot boxes funcionan de la siguiente manera: un jugador gasta dinero para comprarla o la recibe como recompensa, sin saber lo que contiene. Ese contenido es aleatorio, lo que convierte en un juego de azar. Las recompensas raras y muy deseables son intencionadamente escasas, lo que fomenta el gasto repetitivo.
“No es de extrañar, por tanto, que esta mezcla de suspenso, recompensa y refuerzo intermitente fomente el gasto adictivo, especialmente entre los jóvenes. El problema se agrava aún más por la accesibilidad de los dispositivos móviles y la falta de controles de verificación de la edad en muchas plataformas. Mientras que los casinos están sujetos a normativas y requisitos de licencia, muchos videojuegos operan en una zona gris legal. Para los jugadores jóvenes, el riesgo de gasto compulsivo es especialmente real. Las consecuencias pueden ser graves, incluido el desarrollo de conductas de juego y pérdidas financieras significativas, a menudo sin el conocimiento de personas adultas a cargo”, agrega el investigador de ESET.
¿Cómo mitigar los riesgos? Consejos para padres y madres para reducir la exposición de niños y adolescentes a este tipo de dinámicas, ESET recomienda:
Hablar con los niños y niñas sobre la mecánica en los juegos, ya que es muy probable que no se den cuenta de que están incurriendo en un comportamiento similar a las apuestas. Deben entender la diferencia entre ganar recompensas en un juego y gastar dinero real para comprar objetos al azar.
Supervisar los juegos y revisar si tienen loot boxes u otras microtransacciones.
Utilizar funciones de la propia plataforma que permiten establecer límites de gasto y restringir o desactivar las compras dentro del juego. Revisar su configuración para evitar gastos accidentales o excesivos.
Activar los controles parentales que pueden bloquear el acceso a determinados juegos o compras dentro de la aplicación y/o permitirte establecer límites de gasto o aprobar las compras realizadas.
Prestar atención a su actividad en internet, incluidas los influencers de las redes sociales a los que siguen.
Dar un ejemplo positivo: apartar la vista de las propias pantallas y fomentar pasatiempos offline para reducir el tiempo que se pasa frente a la pantalla.

Históricamente, los videojuegos seguían un modelo económico sencillo: pagar una vez y jugar para siempre. Hoy, muchos han adoptado los ecosistemas free-to-play, donde los jugadores obtienen acceso gratuito al juego, pero son incentivados a gastar dinero en extras para acelerar el progreso, obtener ventajas o mejorar la experiencia de juego. Así surgen las loot boxes (o cajas de botín), las apuestas por skins y otras microtransacciones que se convirtieron en una característica controvertida de muchos videojuegos y donde la línea que separa el entretenimiento de las apuestas se vuelve difusa.
ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte que las cajas misteriosas selladas y otras recompensas similares a las de los casinos, pueden contribuir al desarrollo de adicción al juego entre niños y adolescente, quienes muchas veces no son conscientes de que están participando en una dinámica de apuestas.
“Las loot boxes, no muy distintas de las tarjetas raspa y gana de la lotería o de los huevos de chocolate que contienen juguetes de plástico aleatorios, son quizá el tipo más controvertido de recompensas dentro del juego. Los juegos principales, como Candy Crush, Fortnite, FIFA, League of Legends y Final Fantasy, también han dependido de los ingresos de estas "bolsas de botín" y otras microtransacciones para sustentar los costos de desarrollo. Los estudios estiman que para finales de 2025, las loot boxes generarán más de 20.000 millones de dólares en ingresos”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, jefe del Laboratorio de ESET Latinoamérica.
Las loot boxes funcionan de la siguiente manera: un jugador gasta dinero para comprarla o la recibe como recompensa, sin saber lo que contiene. Ese contenido es aleatorio, lo que convierte en un juego de azar. Las recompensas raras y muy deseables son intencionadamente escasas, lo que fomenta el gasto repetitivo.
“No es de extrañar, por tanto, que esta mezcla de suspenso, recompensa y refuerzo intermitente fomente el gasto adictivo, especialmente entre los jóvenes. El problema se agrava aún más por la accesibilidad de los dispositivos móviles y la falta de controles de verificación de la edad en muchas plataformas. Mientras que los casinos están sujetos a normativas y requisitos de licencia, muchos videojuegos operan en una zona gris legal. Para los jugadores jóvenes, el riesgo de gasto compulsivo es especialmente real. Las consecuencias pueden ser graves, incluido el desarrollo de conductas de juego y pérdidas financieras significativas, a menudo sin el conocimiento de personas adultas a cargo”, agrega el investigador de ESET.
¿Cómo mitigar los riesgos? Consejos para padres y madres para reducir la exposición de niños y adolescentes a este tipo de dinámicas, ESET recomienda:
Hablar con los niños y niñas sobre la mecánica en los juegos, ya que es muy probable que no se den cuenta de que están incurriendo en un comportamiento similar a las apuestas. Deben entender la diferencia entre ganar recompensas en un juego y gastar dinero real para comprar objetos al azar.
Supervisar los juegos y revisar si tienen loot boxes u otras microtransacciones.
Utilizar funciones de la propia plataforma que permiten establecer límites de gasto y restringir o desactivar las compras dentro del juego. Revisar su configuración para evitar gastos accidentales o excesivos.
Activar los controles parentales que pueden bloquear el acceso a determinados juegos o compras dentro de la aplicación y/o permitirte establecer límites de gasto o aprobar las compras realizadas.
Prestar atención a su actividad en internet, incluidas los influencers de las redes sociales a los que siguen.
Dar un ejemplo positivo: apartar la vista de las propias pantallas y fomentar pasatiempos offline para reducir el tiempo que se pasa frente a la pantalla.
No hay comentarios: